LAS ÓRDENES DE CAPTURA DE INTERPOL

Después de un largo año de esfuerzos formales de Estados Unidos e Israel para acusar a Irán de ser un Estado patrocinador del terrorismo buscando su aislamiento y condena internacionales, es el gobierno de Kirchner quien facilitó el triunfo de esta política al obtener las órdenes de captura pedidas por INTERPOL contra funcionarios iraníes, en nombre del supuesto esclarecimiento del ataque a la AMIA.
A cambio de sostener esta política belicista que le permite al Estado argentino ocultar sus propias huellas en este crimen de terrorismo de Estado, el gobierno dijo que obtuvo el “apoyo internacional a la justicia argentina para ayudarla a esclarecer este terrible atentado”, según dichos del Canciller Taiana.
Cuando al mismo tiempo el gobierno reconoce que difícilmente Irán colabore y extradite a sus ex funcionarios, suponer que este apoyo internacional a las políticas de Bush y Olmert devendrá en ‘un avance’ en el esclarecimiento de la causa AMIA es, sencillamente, un engaño y un nuevo esfuerzo por manosear la ilusión de familiares y amigos de las víctimas.
¿Cuál sería tal avance? Sin investigación en marcha ni acusados por la comisión del atentado, con un juez (Lijo) que cerró la investigación de las irregularidades negándose a investigar y procesar a los responsables políticos del encubrimiento, con el supuesto autor material muerto y con los supuestos responsables intelectuales ‘identificados’ pero sin intenciones de venir a declarar, tanto esfuerzo ‘esclarecedor’ pone a la causa AMIA más cerca del archivo que de la búsqueda de la verdad.
¿Y si vinieran a declarar? El dictamen de Nisman no sirve para condenar a nadie, no ofrece ni una sola prueba contra ninguno de los imputados. Sus dichos se basan en informes de inteligencia de la CIA y el Mossad que no se pueden probar. Si alguno declarara, tendría el mismo destino de Soleimanpour, o sea, la libertad.
Lo deliberado de esta política de engaños y manoseos ya fue reconocido por el Director Ejecutivo del Comité Judío Americano, uno de los principales inspiradores del gobierno Kirchner en este tema. “Una victoria de la Argentina en Marrakech no significará necesariamente arrestos en el corto plazo, pero enviará un mensaje contundente al mundo”, dijo. Entonces no se trata de esclarecer el atentado, sino de encolumnar a todas las naciones detrás de las políticas de guerra y agresión usando la causa AMIA como excusa. “Aún si demora (otros) trece años, involucra pasos en falso, encubrimiento y comienzos inconducentes… Argentina merece apoyo absoluto… deberían seguir su ejemplo”, recomendó David Harris.
Después de haber reconocido su responsabilidad en el encubrimiento agravado del atentado, sin abrir los archivos secretos, sin haber impulsado una investigación independiente para determinar responsabilidades propias y ajenas, el Estado argentino sólo puede presentar como exitosos lo que son episodios inconducentes, buscando ocultar su verdadera incapacidad para investigar este atentado del Terrorismo de Estado.
Este es el resultado de apoyar las políticas internacionales de guerra e invasión de sus socios, buscando presentarse como beneficiario de la ‘solidaridad’ de los mismos Estados que lo ayudaron a mantener el encubrimiento durante 13 años.
Son estos mismos países los que, junto con Argentina e Irán, se preparan para lograr un acuerdo al “estilo Lockerbie” que en el pasado las grandes potencias impusieron a Libia a fuerza de aislamiento y bombardeos. Al igual que entonces, ahora pretenden que Irán entregue a un país “neutral” a algún iraní extraditable para imputarle la responsabilidad.
No habrá justicia en el tema AMIA de la mano de estas políticas de terror de Bush y Olmert, seguidas a pie juntillas por el matrimonio presidencial. La única opción conducente es la apertura inmediata de los archivos secretos y su entrega a una Comisión Investigadora Independiente del Estado para lograr el juicio y castigo para todos los culpables.
APEMIA
Buenos Aires, 08 de noviembre de 2007