La
dirección de la Agencia Federal de Inteligencia presentó en conferencia de
prensa (28/08/2015) una nueva
denuncia judicial contra Antonio Stiuso, ex director de operaciones de la Secretaría
de Inteligencia.
Ahora lo acusan por el
delito de “encubrimiento agravado”: “…un verdadero encubrimiento de los
responsables de la ejecución” del atentado, según expresan en la denuncia ante
el juez.
Parrilli dijo claramente que se trata
de una “cuestión de alta prioridad” para el gobierno, y que los intereses que protegen a Stiuso son los del “diario La Nación, la
Embajada de los Estados Unidos y algunos jueces Federales…”. A los jueces “les cuesta mucho firmar una resolución para que un personaje como el ex
agente Stiuso venga a rendir cuentas ante todas las causas penales que tiene en
la Argentina”, dijo.
Se trata de la ampliación de una denuncia
hecha en abril y presentada ante el juez Ercolini.
Sin embargo, el nuevo escrito no aporta nuevas pruebas, limitándose a
reinterpretar los hechos denunciados hace cuatro meses: incumplimiento de los
deberes de funcionario público y maniobras de ocultamiento de documentación de
la causa AMIA.
Aunque parezca increíble, para llegar
a la conclusión de que Stiuso es el encubridor criminal… lo acusan a Nisman.
Parrilli y Mena lo dicen textualmente: se trataría de una “irregular delegación
efectuada por el entonces Fiscal General a favor del ex Director General de
Operaciones…”. “Así las cosas, además de una conducta que excede lo negligente para constituir un
verdadero actuar entorpecedor de la investigación por parte de ambos
funcionarios, se advierte que la investigación se encontraba plenamente
delegada no en el Fiscal Nisman… sino en el Ingeniero Stiuso, conforme un
arbitrario e irregular criterio del propio ex Fiscal General, de espaldas al
proceso, a las partes y a la sociedad toda.” (Pág.
17). Hablan del “público y notorio
esfuerzo de ambos por mostrarse útiles a intereses distintos de los que les
imponía su investidura” (Pág. 16), sin que se les ocurra explicar cómo pudo suceder esto
durante los últimos 12 años sin que lo advirtieran sus superiores del Poder
Ejecutivo, el Judicial o de la Procuraduría.
Peor aún, los Directores de la Inteligencia se escudan tras un pensamiento que
parece crítico y un lenguaje que parece
profundo para acusar a Stiuso por su “obrar temerariamente negligente”, lo que
equivale a decir por su obrar audazmente perezoso, holgazán, vago.
Un obrar así sería lo opuesto a una acción de encubrimiento agravado. Con esta
reinterpretación, Parrilli y Mena banalizan cualquier acusación y,
objetivamente, suman al Ejecutivo a los intereses que protegen a Stiuso y a la
ex SIDE, mientras simulan hacer una acusación seria.
La presentación de Parrilli contra Stiuso y Nisman vacía de contenido al juicio
oral que acaba de comenzar contra Menem, Galeano, Anzorreguy y la plana mayor
de la SIDE de entonces. Basta con recordar que en marzo pasado, cuando Stiuso
era presentado como un nuevo jubilado, el Poder Ejecutivo lanzó una campaña de
prensa y solicitadas para mostrar a este juicio como el que venía a juzgar el
“verdadero encubrimiento del atentado”. Ahora resulta que el “verdadero
encubridor de los responsables” no quiere volver al país y hasta tendría
protección extranjera.
Después de considerar que el Poder Ejecutivo es víctima de la “sintonía fina”
de jueces, embajadas extranjeras, senadores y medios, las nuevas denuncias sólo
pueden interpretarse como maniobras publicitarias, impotentes para esclarecer
nada y con el único objeto de seguir protegiendo al conjunto del Estado de su
verdadera responsabilidad en el atentado.
Frente a la incapacidad reiterada de los tres poderes por
esclarecer la masacre impune de la AMIA y la cadena de encubrimientos que los
involucra, APEMIA vuelve a exigir al
gobierno y a los principales partidos de la oposición que asuman el debate parlamentario
de estas graves denuncias públicas. Exigimos debatan nuestro proyecto de Ley para
constituir una Comisión Investigadora Independiente del atentado impune de la
AMIA en el marco del Congreso. Pensamos en una Comisión conformada por personalidades con una trayectoria intachable,
con plenas facultades y garantías para realizar una verdadera investigación
integral, poniendo a su disposición la apertura de todos los archivos y los
recursos necesarios para su tarea.
El ataque a la
AMIA es una herida abierta en la sociedad argentina, una larga grieta que pone
en cuestionamiento la legitimidad institucional y su credibilidad
social. Para que el atentado a la AMIA deje de ser un símbolo de la
impunidad, para esclarecerlo e impulsar el juicio y castigo a todos los
culpables, es necesaria una Comisión Investigadora Independiente.
Solicitamos tu
apoyo para acompañar y difundir este reclamo.
Basta
de impunidad. Exigimos una Comisión Investigadora Independiente de la masacre
de la AMIA.
Buenos
Aires, 31 de agosto de 2015.